La Pardela Cenicienta (Calonectris diomedea) es un ave marina, reconocidas como eternas viajeras que casi no paran de migrar incesantemente por el Atlántico recorriendo millones de kilómetros a lo largo de su vida.
Actualmente la migración de esta especie no está del todo estudiada, pero lo que sí se sabe ya que su distribución se extiende desde el norte de Europa y América del Norte, por todo el océano Atlántico, incluyendo al mar Mediterráneo, hasta el sur de África y en Sudamérica hasta las aguas costeras de Brasil.
Esta ave marina tiene mayor presencia en la Isla de Tenerife, sobre todo en Febrero que es cuando comienza a llegar a las cosas de la Isla Tinerfeña, donde normalmente permanecen hasta finales de Octubre o mediados de Noviembre.
La Pardela Cenicienta incuba un solo huevo que cría en agujeros de acantilados, debajo de las piedras y cuevas, que además de la costa, construye también sus nidos en partes más al interior de la isla.
En la época de cría es fácil oír a estas aves durante la noche en las áreas donde nidifica, sobre todo a primeras y últimas horas de noches oscuras y sin luna.
Desde hace mucho tiempo está operando una asociación llamada Amigos de la Pardela Cenicienta, que entre otros objetivos ha tenido La conservación participativa desarrollando actividades de educación ambiental con los niños y mayores de todas las islas, aprovechando para ello los múltiples accidentes de pollos volanderos de aves marinas, principalmente pardelas y petreles, que acontecen cada año entre los meses de septiembre y noviembre.
Me parece importante recomendarles que visiten su página Web ya que entre otras cosas explica perfectamente que debes hacer cuando te encuentras con una pardela accidentada, ya que lamentablemente es bastante frecuenta debido a la contaminación lumínica, si quieres visitarles e informarte más sobre esta excelente asociación pulsa aquí.
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